Mi viaje de LSD

Tenía unos 17 años y solo había probado anteriormente medio shyva por lo que se puede decir que no tenía básicamente nada de experiencia con esta sustancia. Un buen amigo mío había conseguido un bote de gotas de LSD asique un día él, su novia, una amiga y yo quedamos en su casa para “intentar” probar las gotitas como nosotros le llamábamos.
Digo intentar porque al bote no le quedaba prГЎcticamente nada, le quedaba tan poco que ni si quiera salГ­a una gota por el dispensador aunque se podГ­a ver que una mГ­nima cantidad de lГ­quido quedaba, segГєn me dijo mi amigo ellos anteriormente usaban una gota por dosis por lo que dudaba de que eso nos fuera a hacer algo a 4 personas, rompimos la punta del bote y lo diluimos con agua luego esa agua la mezclamos en un litro de cerveza, la repartimos entre los 4 y nos bebimos cada uno su vaso de cerveza, mГЎs o menos a las 4 de la tarde.

Creo que a mi empezó a subirme antes que a los demás, me di cuenta porque además para nuestra mala suerte al poco de bebernos la cerveza vinieron a casa los padres de mi amigo a recoger unas cosas, no sé porque empecé a ponerme muy nervioso y el corazón me latía con fuerza, tanta que solo intentaba concentrarme en intentar relajar los latidos y en no mirar directamente a la cara a los padres de mi amigo porque pensaba que si los miraba a la cara me descubrirían y ya habría problemas etc. No entendía como los otros 3 podían actuar con esa naturalidad yo por dentro pensaba que debían estar como yo, el momento en que me puse más nervioso fue cuando mire a la cara de la novia de mi amigo, que además la acaba de conocer pocos días atrás, y note que se le estaba poniendo de un color morado, pero un morado tan intenso que no era normal, ya no sabía si era así su cara y no me acordaba o estaba flipando pero claro no podía hablar todavía hasta que se fueron los padres de mi amigo y sin aguantarme más reventé y solté algo como “!¿tienes la cara morada?¡” seguido de unas tremendas carcajadas incontrolables, definitivamente el LSD había explotado y tenía que dejarlo salir.

No paso mucho tiempo cuando a los demГЎs tambiГ©n ya les empezГі a pegar duro el ГЎcido, a partir de ahГ­ empezaron probablemente las horas mГЎs intensas y mГЎs abstractas de mi vida, recuerdo que al tocarme un dedo con otro alucine, sentГ­ como si de repente acabara de recibir el sentido del tacto, el simple roce de un dedo con otro me fascinaba, era como si fuera lo primero que tocaba en toda mi vida, acto seguido decidГ­ intentar liarme un porro lo cual fue tambiГ©n una aventura, sentГ­a la rugosidad del papel como si tuviera porosidad, mencionar que el porro que me liГ© y los sucesivos dejaban mucho que desear en cuanto a bien liados.

Todo era muy confuso, de pronto llego a casa un amigo y para hacernos mГЎs ameno el viaje empezГі a contarnos chistes, todos eran graciosos, cada palabra que salГ­a de su boca eran incesantes carcajadas, no recuerdo ni un solo chiste ni si eran buenos o malos solo recuerdos unas increГ­bles ganas de reГ­r en todo momento, cualquier pensamiento en mi cabeza hacia que me riera hasta el punto de que ya no querГ­a ni pensar, ya no querГ­a reГ­r mas aunque no podГ­a parar.

Llegadas mГЎs o menos las 9 recuerdo mirar a la ventana y me sentГ­ muy confuso fue como si hiciera nada que hubiГ©ramos tomado el LSD pero de repente ya era de noche, no entendГ­a como habГ­a pasado todo tan rГЎpido y a la vez tan lento. Poco despuГ©s nos quedamos sin tabaco y fue mi misiГіn salir a conseguirlo, lo cual tambiГ©n me costГі mucho no porque estuviera muy lejos si no porque era incapaz de contar las monedas, empezaba a contarlas pero al segundo se me olvidaba cuanto llevaba ya contado, era muy frustrante y a la vez gracioso, cuando ya creГ­a que lo tenГ­a todo listo, me disponГ­a a salir y me venГ­a la duda de si estarГ­a todo bien( no querГ­a que en el bar se me notara el subidГіn asГ­ que mi misiГіn era conseguir el tabaco y volver rГЎpidamente a casa) y me reГ­a y me ponГ­a a contar otra vez el dinero, creo que estuve asГ­ como media hora mГЎs o menos. Cuando me dispuse a pedirle a la dependienta el tabaco solo soltГ© el dinero la mesa y le dije el tabaco que querГ­a tampoco querГ­a mirarla a los ojos no sГ© porque me rayaba mucho con eso y no podГ­a aguantar el cruce de miradas con nadie que no fueran mis amigos.

DespuГ©s de seguir fumando, bebiendo y riendo, a las 3 de la maГ±ana mГЎs o menos llegaron otros amigos, ya empecГ© a sentirme otra vez yo, el tiempo volvГ­a a correr con naturalidad, la sensaciГіn tan extraГ±a al liar los porros habГ­a desaparecido, un Гєltimo porro y me fui a dormir al dГ­a siguiente me levante perfectamente sin ningГєn tipo de resaca, eso si los siguientes dГ­as los Гєnicos pensamientos que rondaban mi cabeza era recordar esas casi 12 horas tan extraГ±as y como algo tan pequeГ±o pudo provocar un viaje tan intenso y tan extendido.

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